PRIMERA LECTURA
Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para librarme de las manos de Herodes.
De los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11
Del salmo 33
R/. El Señor me libró de todas mis ansias.
Ahora solo espero la corona merecida.
Del Evangelio según san Mateo 16, 13-19
Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para librarme de las manos de Herodes.
De los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11
En
aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de
la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver
que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana
de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su
custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención
de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro
estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a
Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro
durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían
guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del
Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y
le dijo: “Date prisa, levántate”. Las cadenas se le cayeron de las
manos, y el ángel añadió: “Ponte el cinturón y las sandalias”. Obedeció,
y el ángel le dijo: “Échate el manto y sígueme”. Pedro salió detrás,
creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad.
Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de
hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la
calle se marchó el ángel. Pedro recapacitó y dijo: “Pues era verdad: el
Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de
la expectación de los judíos”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIALDel salmo 33
R/. El Señor me libró de todas mis ansias.
•
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se
alegren. R/.
• Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
• Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
• El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él. R/.
EVANGELIO• Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
• Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
• El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él. R/.
Ahora solo espero la corona merecida.
Del Evangelio según san Mateo 16, 13-19
En
aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús
preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?”. Ellos contestaron: “Unos que Juan Bautista, otros que Elías,
otros que Jeremías o uno de los profetas”. Él les preguntó: “Y ustedes,
¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro tomó la palabra y dijo: “Tú eres
el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le respondió: “¡Dichoso tú,
Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y
hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres
Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno
no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que
ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra quedará desatado en el cielo”.
Palabra del Señor.
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